El sueño del baloncesto en Dakar
La federación española crea un centro socioeducativo e impulsa el deporte para los niños más desfavorecidos de la capital de Senegal
JUAN MORENILLA
Dakar
"¡Barça... Barsakh!". El grito que hasta hace tres años lanzaban al
cielo aquellos que se embarcaban en cayucos para cruzar desde la
senegalesa Dakar hasta Fuerteventura resumía tanto sus esperanzas como
su miedo. Para ellos no había término medio. O era Barça, equipo de
fútbol del Barcelona, el símbolo del éxito español, de la tierra
prometida, o era Barsakh, palabra que en wolof, el idioma indígena de
Senegal, significa muerte. Aquel viaje en busca de una nueva vida es
ahora un camino prohibido, cerrado y vigilado por las autoridades. Pero
la pobreza sigue instalada en Dakar, una ciudad que cobró vida por la
llegada del famoso rally, pero que desde su mudanza ha perdido alegría.
Son las tres y media de la tarde. La temperatura es de 30 grados y la humedad del 90%. Permanecer quieto y a la sombra en Dakar conlleva ya un sudor profundo. Así que los niños y niñas de unos 14 años que juegan al baloncesto en una cancha de minibasket, en el barrio de Hann Bel-Air, empapan sus camisetas. Pero juegan felices. Les observa una delegación llegada de España. En primera fila están Albert Soler, el Secretario de Estado para el Deporte, y José Luis Sáez, presidente de la Federación Española de Baloncesto. Ambos directivos han firmado por la mañana un acuerdo con el ayuntamiento de Dakar para el proyecto Casa España: la creación de un centro socieducativo y el impulso del baloncesto en la ciudad con canchas de baloncesto como esa. La Fundación FEB2014, FIBA África y el Cabildo de Gran Canaria dan apoyo también a la iniciativa del CSD y de la federación de baloncesto. Es un rayo de optimismo en la ciudad que antes gritaba ¡Barça o Barsakh!
"Senegal es un país de baloncesto. Los niños de Senegal aspiran a jugar en un equipo español", explica el presidente de la federación senegalesa. Sueñan con llegar a ser como sus ídolos. El centro socioeducativo abrirá sus puertas en el barrio de Hann Bel-Air, una zona muy pobre, dentro de unos dos meses para 300 niños (en seis aulas de 50) de entre ocho y 12 años. El objetivo es localizar a los chavales más desfavorecidos y con más problemas para ofrecerles un proyecto con biblioteca, aula de informática y... canchas de baloncesto, claro. Unas 20 se construirán o restaurarán en Dakar, y el objetivo es que cada centro escolar tenga una pista con canastas. El centro de educación será totalmente gratuito, será gestionado por la fundación durante tres años y luego será cedido al gobierno senegalés para que lo dirija durante los 20 siguientes, siempre bajo la supervisión española para que se cumplan los objetivos con que va a nacer. "El deporte transforma la sociedad. Es competición y forma a la persona. Aquí no estamos para cambiar el mundo, porque no podemos, pero sí para ayudar a los jóvenes. África no está sola", explica José Luis Sáez. Casa España pretende también formar árbitros y entrenadores, crear una Liga de minibasket y desarrollar programas de salud y educación sexual.
Después de proyectos como un hospital en Costa de Marfil, la federación de baloncesto ve nacer una escuela en Dakar y dirigirá luego sus ayudas a Mali.
Son las tres y media de la tarde. La temperatura es de 30 grados y la humedad del 90%. Permanecer quieto y a la sombra en Dakar conlleva ya un sudor profundo. Así que los niños y niñas de unos 14 años que juegan al baloncesto en una cancha de minibasket, en el barrio de Hann Bel-Air, empapan sus camisetas. Pero juegan felices. Les observa una delegación llegada de España. En primera fila están Albert Soler, el Secretario de Estado para el Deporte, y José Luis Sáez, presidente de la Federación Española de Baloncesto. Ambos directivos han firmado por la mañana un acuerdo con el ayuntamiento de Dakar para el proyecto Casa España: la creación de un centro socieducativo y el impulso del baloncesto en la ciudad con canchas de baloncesto como esa. La Fundación FEB2014, FIBA África y el Cabildo de Gran Canaria dan apoyo también a la iniciativa del CSD y de la federación de baloncesto. Es un rayo de optimismo en la ciudad que antes gritaba ¡Barça o Barsakh!
"Senegal es un país de baloncesto. Los niños de Senegal aspiran a jugar en un equipo español", explica el presidente de la federación senegalesa. Sueñan con llegar a ser como sus ídolos. El centro socioeducativo abrirá sus puertas en el barrio de Hann Bel-Air, una zona muy pobre, dentro de unos dos meses para 300 niños (en seis aulas de 50) de entre ocho y 12 años. El objetivo es localizar a los chavales más desfavorecidos y con más problemas para ofrecerles un proyecto con biblioteca, aula de informática y... canchas de baloncesto, claro. Unas 20 se construirán o restaurarán en Dakar, y el objetivo es que cada centro escolar tenga una pista con canastas. El centro de educación será totalmente gratuito, será gestionado por la fundación durante tres años y luego será cedido al gobierno senegalés para que lo dirija durante los 20 siguientes, siempre bajo la supervisión española para que se cumplan los objetivos con que va a nacer. "El deporte transforma la sociedad. Es competición y forma a la persona. Aquí no estamos para cambiar el mundo, porque no podemos, pero sí para ayudar a los jóvenes. África no está sola", explica José Luis Sáez. Casa España pretende también formar árbitros y entrenadores, crear una Liga de minibasket y desarrollar programas de salud y educación sexual.
Después de proyectos como un hospital en Costa de Marfil, la federación de baloncesto ve nacer una escuela en Dakar y dirigirá luego sus ayudas a Mali.
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